Los medios de difusión del enemigo en su monologo diario cuentan:
"La Diputación Foral de Bizkaia quiere construir una “Superautopista” paralela a la ya existente A-8, con el fin de liberar a ésta del tráfico de largo recorrido y evitar su colapso definitivo, acortando los tiempos de los viajes. Tal vez sea el proyecto más ambicioso que ha afrontado la Diputación, que opina es una necesidad estratégica para modernizar la red viaria vasca".

Nosotrxs comenzamos a hablar: los medios de difusión que cuelgan de las esferas de poder, ponen la escusa de que la cornisa cantábrica esta encontrándose poco a poco con un cuello de botella que impide el flujo de mercancías a parques industriales (con empresas en peligro de extinción por culpa de la absorción y destrucción monopolísitica de empresas menos competitivas y la inserción de mercancías transmarítimas desde el Superpuerto). La acumulación de soluciones, no es mas que la acumulación de miseria. Nosotros les comunicamos desde la calle, que no se preocupen, que seremos el tapón de ese cuello de botella.

Estamos seguros de que no se puede establecer una critica dirigida a el destrozo que van a hacer en el valle del Bolintxu desde el ecologismo (“el nuevo capitalismo verde”), el decrecimiento, ideologías institucionales, o la academia excesiva y castrante que impera hoy en día.  Nosotros planteamos una critica autónoma de cualquiera de las pseudo-criticas que se generan desde diferentes formas de redistribución del capitalismo, simplemente porque alguien una vez valló nuestros valles para obtener rentabilidad económica de nuestro suelo, llenándolo de fuertes pisadas militares y creando lodo y mierda por donde pasaba el desfile.

La sustitución de la fuerza laboral humana (obreros) mediante el uso de la tecnología (maquinas), necesita una renovación continua de objetos que no sirven para nada en el mercado (acelerando así la producción) y en este caso el producto en cuestión es la Supersur, construyéndose desde la escusa barata de que con esta obra, va a salir a flote la economía vasca. En este caso el gasto del plusproducto social (impuestos) se destina a intentar estrechar cada vez mas la aldea vasca
para facilitar el transito cada vez mas acelerado e inmediato de las mercancías humanas y no-humanas (El camionero que pasa todos los días por la A8 a cargar a el Superpuerto y como buen ciudadano paga sus impuestos). Bajo un dinamismo ciego de la burguesía vasca.

Nuestros sabotajes lingüísticos van directos a los medios tecnológicos de carácter solidario con el medio ambiente, maquinas de extracción de color verde camuflaje, hormigoneras psicodelicas,
y micro-voladuras con sonido ambiental inspirada en los pájaros de la zona. A los seres que habitan el Bolintxu no se la coláis. Nosotros a partir de ahora estamos a su servicio.

Para nosotros la tecnología, la burocracia y el consumo forman una piedra angular que ahoga nuestras vidas y nos deja sin futuro. La tecnología que hoy media en nuestras relaciones de forma totalmente normalizada (y lo normalizado es lo mas dañino de nuestras sociedades contemporáneas), es la que también destroza nuestras vidas y las vidas que habitan y habitaran el Bolintxu. Ni la vida del capital ni la vida social capitalista se entienden sin sus arterias tecnológicas y esta en nuestro deber parar el flujo de nuevos capitales (dinero) para permitir el flujo de ríos y arroyos de nuestro Bolintxu.

Esta obra es un atentado terrorista en contra de compañerxs tanto de la fauna como de la flora, los cuales  son participes de la cadena natural de reproducción tanto nuestras, como de especies y plantas que habitan también debajo de acuíferos y cavidades subterráneas.

Nuestra apuesta por la defensa del territorio es la negación de la industrialización del espacio y mas en estos tiempos donde la burguesía busca espacios para su falsa-reconversión industrial y a duras penas, la potenciación de la mano de obra), la poca que queda ya en estos lares por culpa de la autarquía  logística del sector-servicios.

Tenemos que ocupar el territorio del Bolintxu ante esa mano que se cree invisible, porque ese valle de felicidad y de domingos de excursión con la familia y el bocata de tortilla, le pertenece y le ha pertenecido siempre a la gente de Bilbo, y a nadie mas. Esta es nuestra apuesta por la naturaleza, por un Bilbo construido en común, donde los niños se bañen con alegría en el valle del Bolintxu cuando llega verano, y no en una piscina de hormigón armado hasta los dientes.

Contra la esterilización de un Bilbo que se esta convirtiendo en yermo. Necesitamos estar y ser de forma antagónica a las necesidades y costumbres que socialmente se nos imponen, tenemos que repoblar y defender el Bolintxu, organizarnos en el y para el. Convertirlo en un caluroso espacio de escape ante el ajetreo y ruido del laberinto metropolitano. Aunque sea por los viejos tiempos, donde nada mas que el fluir del río, el cantar de los pájaros y los ruidos atípicos de la naturaleza viva, eran síntoma de salubridad, felicidad y buen rollo.

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